
domingo, julio 29, 2007
martes, julio 17, 2007
Lo que Es y No.
Me levanto de mi asiento frente al computador. Como galletas de agua untadas en mermelada de damasco (creo). Me duele la garganta, me la "rasco" con mi lengua y hago ese gesto con mis ojos que hace que todos me pregunten "¿qué te pasa?". Tomo agua, la lengua no alivia a la garganta. Miro la hora... 20:22 pm, la miro en el reloj de la pared, no sé por qué no la miro en el computador. Otra galleta, esta vez con más mermelada, es casera. Miro las abejitas de papel que he estado haciendo y sonrío. Me doy cuenta de que el Reproductor de Windows Media ya ha tocado cinco veces más o menos el CD, bueno me gusta Joaquín Sabina es verdad, así es que da lo mismo, entonces dejo que empiece a tocar por sexta vez. Hace frío. Ya es invierno, invierno, invierno. Tres veces, para convencerme de que luego se viene la primavera, a mi me gusta la primavera. Pienso en las vacaciones de invierno en general, quiero irme a la playa con Oscar, con Oscar, con Oscar. Tres veces, para ponerme tres veces más feliz. Fumo. Me duele la garganta, pero no importa, yo siempre me enfermo, me mejoro, me enfermo, me mejoro y así. Como otra galleta, sin mermelada ahora, el Facu me mira con ojos de perro hambriento, le doy la mitad de la galleta. Estoy bajando películas desde ayer, ninguna ha bajado aún.
Tengo las manos frías. Tengo los piés fríos. Ayer llovió. Hoy salió el sol y después se fue.
Pienso en lo terrible que debió ser este mes y en lo lindo que se ha vuelto.
Me gusta que llueva y no.
Tengo las manos frías. Tengo los piés fríos. Ayer llovió. Hoy salió el sol y después se fue.
Pienso en lo terrible que debió ser este mes y en lo lindo que se ha vuelto.
Me gusta que llueva y no.
miércoles, julio 11, 2007
Ayer (y siempre).

Llegaba puntual a las 3:00 de la tarde, sin ni un minuto más, sin ni un minuto menos. Tú ya me esperabas hace más de media hora en el andén hacia Vicente Valdés del metro Irarrázaval. Mientras bajaba corriendo las escaleras tu mirabas el mapa de Santiago que correspondía a la zona de la cuidad donde estábamos. Yo iba escuchando a Adriana Varela, tú una cumbia villera.
En el metro yo iba pensando en que me dolía el dedo que me había apretado en la ventana el día anterior; tú estabas en cualquier parte, supongo.
Esperábamos la micro, la E-05 que nunca pasó.Caminando hacia el museo me decías que no tenías idea de dónde estábamos parados, yo te dije que tampoco sabía.Yo ya no tenía ganas de ir al baño, de esas ganas que me dan cuando estoy nerviosa; creo que era por no saber dónde estábamos, aunque sabía que llegaríamos.
Cuando por fin llegamos se que los dos pensamos en cómo entrar sin que nos cobraran la entrada hasta que ya estábamos con nuestros cuatro piés en el museo... y habíamos pagado.
Frente a un acuario yo alegaba y volvía a alegar que el pez Morena no era moreno, tú no encontrabas al pez Morena.
Me decías que querías cambiar tu forma de ser, yo te miraba con ojos de "voy a estar contigo siempre", me decías que estabas preocupado, yo te volvía a mirar con ojos de "voy a estar contigo siempre".
Te quería sacar una foto junto a los peces del acuario que tenía más peces, tú no quisiste, tomaste la cámara y me sacaste la foto junto a los peces que yo quería sacarte antes.
También ví al pez más bonito del mundo, era azul y brillaban sus lunares tornasoles, empezamos a buscar cómo se llamaba por todo el segundo piso del Acuario, hasta que tú lo encontraste: Pez Ballesta, aunque yo todavía creo que era más bien un Pez Ballesta Azul. Yo te pedía que me lo regalaras, que lo sacaras de ese acuario con luces feas, yo sabía que no lo podías sacar, aún así te decía de nuevo "sácalo", tú me mirabas con ojos de corazón como diciéndome "loca...".
Tú alegabas que no podíamos subir al tercer piso, donde estaban los barcos a escala, yo alegaba contra la Armada de Chile.
En el patio mirábamos por los agujeros del estanque a las mantas y los peces planos que eran grises, yo te decía que me daban ganas de meterme y nadar ahí, tú me decías lo mismo; pero yo te decía que me daba miedo tocar a los peces porque son esponjosos y húmedos, tú te reíste.
Fuimos a ver de nuevo al pez que te gustaba, uno negro con amarillo bien grande y con bigotes largos. En ese acuario habían tres peces, el que te gustaba a tí que chocaba con el espejo y movía aún más los bigotes, otro rosado con escamas fucsias que abría la boca como queríendome atacar y otro gris, grande también igual que los otros dos, ese miraba no más.
Nos fuimos a fumar un cigarro al sol mirando a los niños que jugaban en las tiras de colores que habían en el jardín, ibamos a ir al otro acuario, el del Parque O'Higgins; pero al llegar al metro yo ya estaba muy cansada, tenía (mucha) sed y se me asomaba una jaqueca.
Ibamos sentados en el suelo del metro linea 4 y yo ponía mi cabeza en tu hombro, así llegamos a mi casa. Tirados en mi cama, la falta de azúcar hizo que recordara todas las tardes cuando era muy pequeña, mi mamá trabajaba y yo me quedaba donde mi madrina, la que me daba Criollitas, galletas de Champagne, lolys de chocolate, etc... y de un salto te dije que fueramos a comprar algo para comer, eran las seis de la tarde. Llegamos al Ekono planificando una escapada a la playa. Yo no decidía cual era mi antojo, tú me señalabas los chocolates más caros y yo te decía que no porque eran muy caros. Al final por la caja pasó: cinco ayuyas, 1 paquete de galletas Frac de chocolate y 1 Bon o Bom.
Entre café con galletas descubriste que ese día cumplíamos siete meses, yo me quedé sorprendida de no haberlo sabido antes, después te dije que entrábamos al mes de la felicidad, tú escuchabas todo mi discurso de la buena suerte (aunque ni yo me lo creía) y me mirabas con ojos de "no quiero perderte".
Cuando ya hacía mucho frío y tu veías un programa en la tele, un programa feo de esos que dan a esa hora, yo abajo del plumón abrazada a tí pensaba en lo mucho que te amo, tú dándote vuelta hacia mí seguro que pensabas en lo mucho que me amas.
miércoles, julio 04, 2007
Tanto creo en tí.
En el duelo de tu amor yo tengo un huerto de manzanas
acrobacia en verde fuego desde el día en que te ví,
rosas dobles, dobles horas a través de las historias.
Tanto creo en tí, tanto creo en tí
que dormido o muerto
sueño hasta despierto la luz de los dos,
nuestra casa y la luz.
En el duelo de tu amor cuelgo de un árbol la guitarra;
pero el viento la recobra como un ave para sí,
en el río los queltehues atraviesan las campanas,
en el campo hay una estrella que parece un querubín.
Tanto creo en tí, tanto creo en tí
que en mis pensamientos
veo en el futuro un jardín florecer,
flores aparecer.
En el duelo de tu amor Febrero piensa en la ventana
y viendo caer el agua sueña un barco para tí,
un ratón cruza en silencio deja huellas,
y una carta que aún espera por tí.
Tanto creo en ti, tanto que escribí
cartas como sueños,
como si me fuera a un extraño país
imaginado por tí.
Tanto creo en tí, tanto creo en tí.
Tanto creo en tí. Manuel García.
Me gusta esta canción :) .
acrobacia en verde fuego desde el día en que te ví,
rosas dobles, dobles horas a través de las historias.
Tanto creo en tí, tanto creo en tí
que dormido o muerto
sueño hasta despierto la luz de los dos,
nuestra casa y la luz.
En el duelo de tu amor cuelgo de un árbol la guitarra;
pero el viento la recobra como un ave para sí,
en el río los queltehues atraviesan las campanas,
en el campo hay una estrella que parece un querubín.
Tanto creo en tí, tanto creo en tí
que en mis pensamientos
veo en el futuro un jardín florecer,
flores aparecer.
En el duelo de tu amor Febrero piensa en la ventana
y viendo caer el agua sueña un barco para tí,
un ratón cruza en silencio deja huellas,
y una carta que aún espera por tí.
Tanto creo en ti, tanto que escribí
cartas como sueños,
como si me fuera a un extraño país
imaginado por tí.
Tanto creo en tí, tanto creo en tí.
Tanto creo en tí. Manuel García.
Me gusta esta canción :) .