domingo, diciembre 03, 2006

No se me dan las respuestas

Hoy me levanté queriendo que todo fuera más dulce y un poco más lleno de estrellas y no de luces estáticas.
Quizás cantarte una canción y obligarte a comer chocolates conmigo. Invitarte un cigarro y que me prepares café con helado.Y no ver películas para acordarme de tí, sino verlas contigo. Y (no) pasar las penas juntos.

Es verdad que no puedo darte respuestas, al menos no respuestas completas; porque si te digo que me podría pasar el día entero mirando árboles, bichitos que me asustan, riéndome de que te creas perceptivo, quedándome callada, mirando el suelo, pero al lado tuyo; te estoy dando una respuesta incompleta.

Quizás no deba dejar que nadie se meta en nuestro mundo, que no lo ahoguen ni intoxiquen y cubrirlo de colores noventeros, colores brillantes, pero en permanente otoño.Y no hablarte más de lo mucho que me cuesta "todo" y de lo dificil que se me hace dejar atrás ese secreto, que no se supera.

No se...


Yo sí creo en tí.

viernes, noviembre 24, 2006

Yo no quisiera.


Y me gusta imaginar que no vivo aquí, y que si salgo por mi ventana puedo subirme en una chinita gigante, bien roja con negro, a la que no le temo. Y ella me lleva a recorrer una cuidad que no conozco. La chinita es bien hábil y esquiva con facilidad cada flor que se desprenda de un Jacarandá y que pretenda caerme en la cabeza... no vaya a ser que me enamore.

Vuelo por sobre esta cuidad que aún no me han presentado buscándote, siempre buscándote. Y no hay ventana ni puerta que esté cerrada para mí y mi chinita.

Yo no quisiera que acabaran los sueños, yo no quisiera que te me perdieras en esta cuidad desconocida.

martes, noviembre 21, 2006

Soy YO


Para Pablo, que dice que yo soy capaz de hablar de todos menos de mí.





Hola, soy Pabla y en las tardes en las que decido quedarme en casa me gusta escuchar canciones de los Beach Boys mientras cuelgo ropa. Me gusta porque los atardeceres siempre traen algo de viento; entonces las poleras y sábanas húmedas me tocan la piel y me pierdo, pero miro hacia el suelo y veo al Facundo saltando entre mis piés. Entonces está todo bien.

Le tengo miedo a los insectos y (un poco) a la oscuridad.
No puedo evitar morderme las uñas cuando siento culpa o llorar con las películas aunque no tengan nada de contenido muy-sentimental.

A veces me gustaría ser (más) niña y comer maní no-salado viendo películas de Cantinflas junto a mi abuelo, pero ahora también está todo bien porque en nuestras tardes cambiamos el maní por cidra de manzana y las películas de Cantinflas por boleros de Raúl Show Moreno, entonces mientras yo hago puzzles de diarios, él me cuenta las historias más ocultas de la familia.
Es cierto que me gusta caminar sola, pero también es cierto que me gusta encontrar(me) con gente en la calle y que me inviten helados y cafés llenos de nostalgias.
Debo reconocer que me pico cuando me dicen que estoy loca y me enoja que me pregunten: “¿pero por qué te enojai!?” cuando no estoy enojada.

Me gusta bailar a Brenda lee y hacer sonar las bombillas cuando tomo bebida, leche y cualquier cosa que se pueda tomar con bombilla. Cuando me pongo nostálgica escucho a Edith Piaf y juro que estoy en la France.
No como mariscos ni pescados, no se por qué, las frutas tampoco me gustan, bueno... las frutas rojas sí.
Me paso la mayor parte del tiempo complicándome la vida, pensando en cómo hacer las cosas y aún no aprendo a no soñar cosas feas y a no pensar siempre lo peor.
No me gustan las Rosas, prefiero las Astromérias y los Liliums. (Nose por qué empecé a hablar de las flores).

Estas vacaciones espero estar en algún lugar bien lejos en el sur o bien lejos en el norte... a ver cuánto puedo extrañar.
Ya que se me dan las confesiones, debo decir que aún duermo con un peluche, pero esta imagen se contrapone a mis [malos] hábitos, como fumar mucho, comer mal, dormir poco, soñar mucho. Disfruto cuando las personas me dicen: ”Pabla, tenís ojeras!” y me da un poco de risa la gente que piensa qué hará con la plata cuando se ganen el Kino.

Me gustaría irme de la casa lo antes posible, no me gusta que me invadan con gritos sobre por qué ando descalza o sin sostén (hay que quemarlos, mamá!).
Tengo que decir que no me gustó este experimento de la naturaleza de una Primavera no definida, es que a mí me gusta el sol, el viento, las flores y los cigarros en el pasto todos los días.

Al parecer soy bastante tímida, no es que me pase los días con las mejillas coloradas, pero si soy muy vergonzosa, lo que pasa es que no se lo ando diciendo a todo el mundo y además cuando algo me da vergüenza me quedo callada para que nadie se de cuenta porque si se dan cuenta también me da vergüenza y cuando me gusta un chico arranco de él.

Nunca quiero decir cosas mamonas, sin embargo siempre digo las hueás más mamonas del mundo!.

viernes, octubre 27, 2006

Las Des/iluciones.


Las des/iluciones son rayos de sol pegándote en la cara, quemándote la piel. Son tonos de tarde-noche y caracolas de mar.
Las des/iluciones están envueltas en papel de arroz y te queman la garganta.
Las des/iluiones son tarros de miel, helados de máquina y almendras confitadas. A veces también son manjar y chocolate blanco. A veces...
Con las des/iluciones puedes esconderte en el baño.
Las des/iluciones son luces aguadas rojas y verdes. Las des/iluciones iluminan los puentes y piletas. Hacen que los adoquines sean resbaladizos.
Las des/iluciones son "otoño-invierno" en "primavera-verano". Con ellas tienes sed, te mueres de sed. Te atrapaun olor a sandías y sientes un gusto a caramelo, sólo azúcar.


Las des/iluciones son flores amarillas.

martes, septiembre 26, 2006

Y Eso !.


Oye, pero Pabla!... esto fue lo que pasó...
Tu mamá se estacionó frente a la casa de la Chío. Miraste la hora. Eran las 10:18 pm. Un “llámame por cualquier cosa” y chao, chao!.
Te recibió la Rocío, con su pelo más largo de lo que acostumbraba en el colegio. En ese momento sólo estaba la Camila, la Feña, el Arak y, por supuesto, la Rocío. Estábamos todos en la terraza cuando llegó el Pablo, el cumpleañero, “feliz cumple”. Un abrazo. Te ofrecieron pisco sour; pero tú sólo tomaste un poco (sabia elección!, todos sabemos que tu alter ego se sale más fácil con pisco sour que con cualquier otro trago). La típica conversación·necesaria de la gente que no se ha visto desde hace un tiempo. Llegó la Dania, Valeria, Javiera y Diego, que se iban a juntar en Plaza Ñuñoa con el Pablo. El Pablo nunca llegó. Y la verdad es que no entendiste muy bien cuál fue el verdadero enredo. Se fueron todos al patio de atrás, se apagó la luz, harto rato. No supiste que pasó tampoco. Estabas entera cómoda en ese asiento de mimbre y le regalaste tu pisco sour a la Camila. Al rato alguien (no sabes quien) te ofrece ron. Aceptas. Llega más gente... y después más gente. Sales a comprar, se te había olvidado llevar cigarros. Tonta que eres!. Segundo ron de la noche, estaba rico y aunque no querías tomar esa noche la Feña te insistió, te convence y vas por el segundo. Llega la Carola y el Walter, pensaste que no irían. Salud. Salud. Salud. Te acordai que casi rompiste la cortina del baño de la Feña el año pasado?. No, parece que no. Y de cuando le hablabai a la mamá de la Caro de los años treinta después de tu cumpleaños en sociedad en el parque Intercomunal?. Sí, de eso si. Bla bla bla. Jajaja! Ron, ron. Pasó harto rato, claro, no se sabe cuánto. Miranda. Unos pasos locos y nostálgicos con la Camila y el Diego te lleva a la cocina a buscar cerveza. Para ese entonces alguien te había dicho que tenías las mejillas rosadas, como de ebria; pero no era así, estabas más sana que una lechuga, lo que pasaba es que escuchaste que alguien hablaba de tu “look”, tu pelo, algo así y te avergonzaste. La Camila se había adelantado, le soltaste la mano al Diego en el pasillo porque el Gustavo te paró. Me dijeron que te gusta el cine. Sí. Cinéfila?. No lo creo. Kusturica. Jajá, sí, malditos intelectualoides que hacen que las películas se chacreen. Jajaja. Pabla!, ya po!. Sí, ya voy!!. Y tú eres cinéfilo?. No creo. Pablaaaa!!. Una mano te llevó a la cocina. En tu otra mano un vaso con cerveza. En el suelo el Jote, y la Caro conversando con él. El Walter, Camila, el Leo, el Arak, el Diego y creo que entró el David, pero se fue. La cocina llena. La Feña también, el Arak aparece detrás de ti. Pabla, tenis papelillo?. Sí, espérame un poco. Te llevaste el vaso con cerveza hasta la pieza de la Chío y vuelves a quedar encantada con esa gran lámpara de papel, el pañuelo hindú, amarillo, en el techo y dos manzanas. Vuelves a la cocina. Ya, vamos?. Vamos. Plaza Clorinda Henriquez, en realidad estaban al frente de la plaza. Uno que otro tiritón. El Arak no tiene ojos. Te ríes. El Diego habla, habla, no te acuerdas de que. Te vuelves a reír. Querías ir al baño, no te aguantarías mucho más. Ya no estabas, ninguno estaba, andaban los tres en algún lugar bonito, como el Cajón del Maipo. Hablan hasta del futuro. No, no estaban. Llegas directo al baño. Te miraste al espejo. Fue inevitable la risa tonta. La Camila, el Walter y alguien más te miraron y se rieron. Abrazos. La gente está loca. De repente estás en un círculo con el Leo, notas que está muy volado también. Te ríes, el no cacha nada, seguro tú tampoco. También está la Feña, el Walter y alguien más. Quizás el Jote, quizás el Arak. Poco a poco estás dentro de un cuadro. Otra vez. Pero hoy alguien ha tirado un vaso con agua o quizás vodka sobre la tela y ves como el óleo se escurre. Todos se escurren, incluso tú, puedes verlo todo muy claro, el cuadro se deshace, la gente se diluye. Te espantas, no querías derretirte y dices: “hueón, ayúdame!!”. Explicaste algo de la otra dimensión y nadie te entendió. Te vas. Llegas al baño. Mucha gente afuera del baño riéndose. Una cerveza?. Claro!. Y vuelves a quemar, quemas, quemas, quemas. Risa. Abrazos y logras entender que la Chío está mal, está adentro del baño. Ya la habías visto tirada en el suelo de su pieza con la luz apagada. Pero te sorprendes cuando la puerta del baño de abre y ves al Gustavo vomitando, el si que estaba mal. La Chío estaba en el lavamanos, el Gustavo en el WC. Se lo llevan a la casa, el Chambel, creo, pero se lo llevan borrachísimo. Piensas en voz alta. Loco!, están todos ebrios!!. El Pablo te contesta riéndose: “síííí” y se pone a bailar. Entraste a una pieza. Prendiste la luz y staba la Feña acostada, pretendiendo dormir. Estoy ebria, Pablaaa. Jajá, vamos, Feña, levántate, te invito un joint. No puedo más. Si puedes!. No veis que no?. La miras, esta anclada con un pié en el suelo. Sales de la pieza. Estás muerta de sed. Fuiste a la cocina y llenaste un vaso con agua. La Caro está borracha y te abraza. La extrañabas. Te extrañaba. Se lo dicen. Se abrazaron. A punto de lágrimas. Alguien te llamó. Vas a molestar de nuevo a la Feña. Le enciendes la luz. Ella sigue anclada. Saliste. El Pablo pega un salto y dice: “ya, Diego, vámonos”. Una pieza. Se enciende la luz (no la encendiste tú). Tus pupilas se vuelven pequeñas. Tu cara debe ser la peor. Necesitamos.. Pones cara de pregunta. Lo necesitamos. Vivirlo?. Sí, necesitamos vivirlo. No reaccionas. Saliste. Se fue el Pablo, el Diego y el Leo, creo. No recordaras nada al otro día. Miraste hacia el sillón. La Caro no para de hablar con el Jote, en la volá amistosa, nostálgica. Al lado está el Arak. Posición fetal. Raja. Poco a poco se cae al suelo. Invitaste al Jote el último porro de la noche. La plaza. Pelando. Americana. jajá!. Paranoia. Jajaja. Punto fijo. Frío. Más paranoia. Pensabas que en cualquier segundo llegaban los pacos. Llegaste. Poca gente. ¿y qué pasó aquí?. Tus neuronas estaban en medio de un taco de carretera post fin de semana largo. Entraste con el Jote a la pieza. En un rincón el Arak y al otro lado de la cama la Feña. La despertaste, le dijiste que te hiciera espacio. El Jote se fue. Te acostaste entre el arak y la Feña. La feña alega que tiene frío. Tu sentías que estabas en algo así como un planetario y te imaginas muchas constelaciones con figuritas. Feña, es primera vez que me acuesto volada. Yo estoy ebria. Todavía?. Sí. Yo estoy perfecto. Debemos ir a prenderle un incienso a buda en las manzanas que tiene la Chío en su pieza, de repente, esta es la noche del nirvana. Jajá. Silencio. Eso fue todo. Extrañabas tanto todo eso verdad?.

lunes, agosto 28, 2006

Voyeur.


Es lo que pasa cuando necesitas inspiraciones, no sabes por qué, ni mucho menos para qué..., pero miras y te llegan luces e imágenes de todos lados, tantas que te quedas ciego, pero sobrevives, claro, porque necesitas esa inspiración para no permanecer ciego, entonces esa inspiración te envuelve, las luces e imágenes te encantan y te hacen simple y puramente feliz por un instante, entonces te aferras a eso, a eso que acaba de encantarte, lo haces tuyo y te aferras más fuerte, que nadie interrumpa ese momento, que nadie te lo quite, que sea tuyo y que nadie vea ese detalle de la misma manera que tú.
Eso es lo que me pasa a mí con las ventanas iluminadas, es por eso que me muevo por la cuidad cuando anochece, porque es el momento del día en que se iluminan las ventanas y en ellas comienzan a pasearse personajes preparándo cenas, fiestas, fumando cigarrillos, escuchando música, alistándose comidas rápidas para ver películas, y muchas cosas más, todo lo que te puedas imaginar.
Es lindo que la noche me encuentre en la calle porque se empiezan a iluminar las ventanas, dando paso al espectáculo de sombras. Y me paro en medio de la vereda (sólo camino por las veredas, nunca por la calle, a menos que en mi sangre hayan índices de alcohol un tanto elevados), y me quedo mirando, con la cara y los ojos brillantes, las ventanas, en la más voyeur, pero es sólo por un momento, un momento que yo se difrutar.