lunes, abril 16, 2007

Un sueño.

Iba en un caballo café oscuro, bien grande y tiraba de las riendas para dar la vuelta en esa esquina, en esa población. Mi abuelo me bajaba del caballo porque yo sola con mis piernas cortas y mis nueve años no podía. Y yo era muy feliz, porque había andado a caballo, porque estaba con mis abuelos y porque era primavera.

Entonces me desperté en su cama, al frente del retraro de mi bisabuelo, en la cocina mi abuela hacía pino para las empanadas y mi abuelo estaba sentado frente a una radio en la que dejaba de sonar Gardel.

Yo aún tenía nueve años.

4 comentarios:

Piante ! dijo...

Yo no lo soñe, pero si recuerdo cuando aún viviamos en Isla Negra. Un invierno de mierda nos atormentaba a todos los que habitabamos en la Plaza Eladio Sobrino, lugar donde vendia artesania mi papá. Ahi aparecio un señor con un caballo, más bien una yegua que se llamaba "Lucerito".
No sé que edad tenía pero si recuerdo que di la vuelta por la plaza mientras veia a mi papá vender un par de aros, los mismos que sirvieron para comprar el pan y un tarro de café para la noche.
Honestamente fui -muy- feliz, y siempre recuerdo con cariño a Lucerito, la Plaza, los artesanos -que aun son- amigos y los inviernos en Isla Negra.

Gracias por hacerme recordar ese momento, tal vez volvi a sonreir (luego de leer tu texto) como lo hacia a los nueve años, cuando crei que el mundo aún era solo la playa.

Te amo loquita linda =)


(L)

Piante ! dijo...

Te amo !

Anónimo dijo...

¿por qué siempre se acuerda de sus sueños socia?
ojalá a mi me pasara algo (al menos!) parecido...

ya suertuda nos vemos algñun día en la U
(suertuda por partida doble porque además de recoirdar tus sueños te eximiste de perso!!! te odio un poco xd)
chaooooo
Claudia.

Alfonso Waits dijo...

los sueños te marcan mucho espedialmente cuando recien abreslso ojso y ves que la realidad depronto puede ser un sueño y no quieres despertar pormiedo o por felicidad, seconsme mucho el tiempo y quieres seguir en el sueño mientras veías a tu abuelo.

Igual hay que tener cuidado con los sueños.